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#Reflejos #JuiciosDeJusticia #TesorosEscondidos

6 dic 2016 8pm EST EstudiandoLasEscrituras On-Line vía ZoomSalmo 119:145-168

  • #Reflejos, Salmo 119:145-152
  • #JuiciosDeJusticia, Salmo 119:153-160
  • #TesorosEscondidos, Salmo 119:161-168

Hay una relación muy íntima que se manifiesta entre Dios y todo aquel que clama a Él. Yo clamo a él, él me salva, yo guardo sus estatutos y mandatos y estoy seguro de que me escucha, “en mi angustia invoqué a Jehová y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo” (2S.22.7, Sal.18.6), y seguro de que le podemos encontrar (119.151, Jer.29.13). Aquí se muestran algunos reflejos de nuestra vida en Dios, (119.148, Sal.77.4) toda la noche, meditando en sus mandatos (incluye considerar, reflexionar, cantar, hablar, declarar la palabra). Sus misericordias son grandes (Sal.136) y nos ponen alertas a la necesidad que tenemos de ser revividos, vivificados (Sal.119.25, 37, 40, 88, 107, 154, 156, 159). Otras acciones como reflejos de nuestra vida espiritual, “me anticipé al alba” (147), en “las vigilias de la noche” (148), clamo de todo corazón (Sal.119.145, Sal.119.15, Jer.33.3).

Muchas son las veces en que estamos afligidos y clamamos “líbrame”, muchas veces nos acusan pero clamamos “defiende mi causa”, “muchas son sus misericordias” y clamamos “vivifícame”. Recibimos repentinamente esperanza aunque pasemos por dificultades personales, cualquiera sea su naturaleza, desprecio, enfermedades y dolencias, problemas en las relaciones, (Sal.3.3, 103.1-6). Durante este proceso estamos siendo formados y esto, nos debería llevar a buscarle más, a guardar sus palabras, a no apartarnos ni olvidar de su ley, sus estatutos, sus juicios, sus testimonios. Aunque el mundo esté al revés, siempre veremos la mano de Dios y se manifestaran sus Juicios de Justicia.

La vida real es diferente a como la presentan hoy en muchas iglesias. Enfrentamos escasez,  burla, desprecio, persecuciones sin causa, nos enfermamos. Precisamente en esos momentos debemos recordar las palabras de Dios (Hab.3.17-19), rechazar la mentira, dedicar un tiempo diario a alabar a Dios (v164 ¿por qué siete veces?, Sal.12.6, Mt.15.36-37, Ap.1.4, 1.12, 3.1, 5.1, 8.2, 10.3), y esperar en su salvación. Recuerda y gózate en sus misericordias (Sal.31.7, Sal.36) así como el que consigue un tesoro escondido (119.162, Is.45.3) repleto de valores y riquezas. En medio de tantos sucesos, mira tu corazón (v161) y tu alma (v167), reflexiona en la palabra y tendrás mucha paz, nada te hará caer. La responsabilidad de acercarnos al Señor es nuestra. Definitivamente si el creyente no dedica tiempo diario para la palabra, interminables son los tropiezos.

Dios te bendiga.