Los dones del Espíritu, Sesión 5
13Sep2016 8pm EST EstudiandoLasEscrituras On-Line vía Zoom, Ro.12.8
- #HacerMisericordia
- #Repartir
- #Presidir
El Espíritu Santo reparte sobrenaturalmente el tener compasión y mostrar misericordia hacia los demás, como manifestación de la multiforme gracia de Dios. En tantas ocasiones se nos ha hablado del don de hacer misericordia, Mt.9.10-13, Mt.12.7. “Nunca se aparte de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello”, Pr.3.3, para que tengamos compasión por otros, llevemos salvación al perdido, ministremos sanidad al enfermo, liberación al oprimido, palabra de aliento y exhortación. Este don es ejercido muy poco, muchos no se quieren involucrar en otros ni con otros. Jesús se movió en ello sin pensar por ejemplo, en que contaminaría por la enfermedad (Mt.20.30-34, Mr.1.41). Hacer misericordia es servir al Señor, y el diablo se ha ocupado en mantenernos alejados de practicarla. Este don debiera ser utilizado todos los días en todo lugar. Los que nos rodean necesitan de misericordia y ¿quién puede ministrarles sino tú? Dios la ha tenido con nosotros, Num.6.25, 1R.8.23, 1Cr.16.34, Sal.33.6. Se manifiesta con otros dones (Sal.37.21, 37.26, Pr.14.31, Mr.5.19).
El don de repartir es la manifestación sobrenatural de la gracia de Dios sobre el creyente para dar más de lo que normalmente se espera que uno dé en un momento determinado, con generosidad, libremente, de un corazón dadivoso. No mide su situación (2Cor.8.1-4, 13) y aun en su pobreza, da más allá de sus fuerzas, se complace en hacerlo, con facilidad, no es una carga. Implica un desprendimiento y desapego a las cosas. El que pone el practica el don, reparte gustosamente lo que tiene, se contenta cuando da, generalmente tiene la inquietud de ayudar a alguien, no lo piensa dos veces. Es un acto de fe. Bendice a la persona que es ministrada. Debemos abundar en esa gracia 2Cor.8.7.
El don de presidir es la manifestación sobrenatural de la gracia de Dios en el creyente para gobernar, dar atención a, dirigir, mantener, practicar diligentemente. Se mueve con otros dones, palabra de conocimiento, sabiduría, etc. El mejor modelo: Jesús. El que lo practica desarrolla capacidad de dirigir, facilidad para trazar el camino, tomar la iniciativa, emprender, comunicar el plan a los demás. Tiene visión de helicóptero, ve el panorama más completo, lo hace con sabiduría, empuja a otros con su ejemplo. El que tiene el don, detecta las necesidades, las deficiencias, define rápidamente un plan de acción y lo pone en práctica. Se aplica en casa y entre los hermanos. 1Ts.5.12, 1Tim.3.4, 5.17. El que preside, con solicitud, Ro.12.8.