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#Fe #Servicio #Exhortación #Enseñanza

6Sep2016 8pm EST EstudiandoLasEscrituras On-Line vía Zoom1 Cor.12.9, Ro.12.7-8

  • #Fe #Servicio
  • #Exhortación #Enseñanza

Todos los dones son repartidos por el Espíritu Santo (E.S.) para ser utilizados en la edificación del creyente y para señal al incrédulo. El mover del Espíritu a través del creyente nos enseña a vivir en el Espíritu. Los dones son catalizadores de los otros dones, están entrelazados entre sí.

El don de fe viene de Dios y no puede ser producido por el hombre, es la garantía de Dios que ‘asegura’ el cumplimiento de la revelación que pone en el creyente receptor. La fe que todo creyente necesita para vivir (Heb.10.38) Gal.5.22 es fruto del Espíritu, largo proceso de cultivar que se traduce como fidelidad, no la fe que aparece instantáneamente. El don de fees una semilla de mostaza de la propia fe de Dios, impartida soberanamente y sobrenaturalmente”, no la clamamos sino que Dios la da. Jesús respondió en Mr.11.22 el texto original que en gr se traduce: “tened la fe de Dios” entonces lo de Mr.11.23 cobra sentido. Mt.17.20 describe el mismo caso, no es mi fe en Dios sino la fe de Dios en mí. Cuando ejercitamos esa fe, somos efectivos como si Dios mismo actúa, y una vez que se usa, estamos en el mismo sitio donde estábamos, con nuestra fe para vivir día a día.

El don de servicio es una manifestación sobrenatural del E.S. que hace que el creyente ministre, sirva a los demás, siendo guiado y fortalecido. Del gr. Diakonian, diakonia, de donde proviene el término diácono (Hch.6.1-7, 21.19-20). Los que ministran o dicen ser ministros deberían moverse en este don (1Tim.1.12, 2Tim.4.5, 11, 1Cor.16.15, 2Cor.4.1, 5.18, Hch.12.25, 20.24, Col.4.17). Lo vemos en los ángeles ministradores (Heb.1.14). Es un privilegio como hijo de Dios, siendo llamado al ministerio, ejercer y moverse de manera continua en este don, servicio activo realizado con actitud voluntaria y no por fuerza.

El don de exhortación (gr, parakalon) es una manifestación sobrenatural de la multiforme gracia de Dios para exhortar, consolar y animar. El creyente lo requiere para realizar esas funciones. De la misma raíz de parakletos término para el Espíritu Santo. Pablo se movía en este don (Hch.20.1, 2Cor.5.20, 2Tim.4.2). Combina las ideas de exhorta y animar (1Cor.14.31, 1Ts.3.2), animar (Lc.3.18, Hch.2.40, 15.32, 16.40, Heb.10.25, 1P.5.2, 1Tim.2.1), consolar, animar y fortalecer (Lc.16.25, 2Cor.1.4, 1.6, 2.7, 7.6, 1Ts.4.18). Muchos en la carne ‘exhortan’ para regañar o llamar la atención a alguien cuando algo no les gusta, ese no es el don, es la carne, por consiguiente, lo que traen es problemas. A esos, no los escuches.

El don de enseñanza es la impartición sobrenatural de conocimiento que se transmite a otros por revelación del Espíritu. Del gr. didaskon, didaskalia de donde proviene la palabra didacta, didáctico. Algunos, que no tienen el don, sufren cuando les toca enseñar, lo hacen porque se lo asignaron, otros enseñan y nadie aprende. No es igual a la enseñanza natural humana con conocimiento humano, es enseñanza sobrenatural por revelación sobrenatural. Jesús se movió un tercio de su ministerio en este don. Enseñar es hacer que aprendan. En el N.T. ‘didasko’ hace referencia a enseñar las escrituras, la palabra escrita de Dios. Todo el que se mueve en este don debería desempeñarse como maestro. Ambos están relacionados. Hay mucha confusión en las iglesias, puedes tener talento humano para enseñar pero necesitas revelación sobrenatural para enseñar las escrituras. Jesús enseñaba lo que los presentes necesitaban saber y recordar (Mt.51-11). Se requiere discernimiento de espíritus para 1Tim.4.1 porque algunos tienen didaskaliais daimonion doctrinas de demonios, estafadores de la fe, no los escuches.