1 nov 2016 8pm EST EstudiandoLasEscrituras On-Line vía Zoom, Salmo 119:49-72
- #ElEspirituSanto, Salmo 119:49-56
- #MiPorcion, Salmo 119:57-64
- #ElQuebrantamientoEsNecesario, Salmo 119:65-72
Continúa seleccionando de cada estrofa 3 palabras/expresiones que te llamen la atención y agrégalas a tu lista de oración. En este momento deberías tener 27 puntos y si dedicas 1 minutos a cada uno, tu tiempo de oración debería estar aumentando.
Podemos ver el mover del Espíritu Santo cuando nos consuela, alienta y fortalece al traer a nuestra memoria la palabra, nos ayuda a esperar en las promesas de la palabra y nos fortalece al ver cumplir el propósito que Dios tiene con nosotros. Hay promesas pendientes por cumplimiento (v49); esas promesas nos alientan en medio de la aflicción (v50), sus dichos nos vivifican (v51), y nuestra esperanza es renovada (v52) cuando nos acordamos del mover de Dios en el pasado. Is.51.12, Zac.1.13, Jn.14.16, 14.26,1Jn.2.1, Sal.121.2. Las bendiciones de Dios cuando obedecemos y guardamos su palabra (v56) son nuestras. Acuérdate en la noche de Su nombre, clama a Dios en ese momento.
Que privilegio poder decir y saber que “el Señor es mi porción”, es mío, es mi herencia (Sal.16.5, 142.5, Lam.3.24). Cuando te levantas a medianoche, no tendrás interrupciones (a menos que el Espíritu Santo te haya despertado), levántate y dale gracias a Dios, eso te fortalece. Recuerda a Pablo y a Silas (Hch.16.25). El Señor es mi parte, mi recompensa, mi legado, mi asignación (Ec.2.10, Num.18.20, Dt.32.9, Sal.73.26), esa relación es mutua. Buena oportunidad para participar de la Cena del Señor desde las naciones. Los tiempos se apresuran, no me olvido de su ley.
El quebrantamiento de Dios nos pone bajitos (v71), nos enseña que Dios está por encima de nosotros., nos hace más sensibles a su trato, estamos más propensos a recibir enseñanza. Tenemos que ser “quebrados” por dentro para reconocer nuestra dependencia de Dios, nuestra fragilidad. Pero otra cosa diferente es haber sido humillado por estar descarriado (v67), aquí recibimos el pago de nuestras acciones. Dios nos ha tratado bien conforme a su palabra (v65). Nos toca obedecerle (Ex.8.10). Somos tratados al ser quebrantados así como por las pruebas (1P1.7). Cuando nos trata, es para cumplir algo en nosotros, para prepararnos, para hacernos aptos, para que desarrollemos un carácter más sensible y sumiso a Dios.