En tu cuarto de guerra tienes un tiempo de oración, lectura de la palabra, estas a solas, es vital para tu vida. Debes formar el hábito de estar en tu cuarto de guerra a diario, no solo cuando tengas una necesidad. En ocasiones es un tiempo de agonía, angustia, y de espera. Jesús lo hizo como acostumbraba. Los que te siguen a veces desaparecen y te encuentras solo.
Como emisarios, tenemos que abrir la mente para entender, predicar arrepentimiento y perdón. Arrepentimiento que lleva al perdón. Necesitas operar bajo el Espíritu Santo (la promesa, el poder de lo alto). Somos enviados a un lugar para llevar un mensaje o tratar un asunto: el evangelio de Jesucristo. Esa es nuestra asignación.
En Marcos, los seguidores de Jesús son reprochados por su falta de fe (creyentes que no creen, incrédulos), reprochados por su insensibilidad espiritual, por no creer. Cuando creemos somos inmersos en el Espíritu Santo y viene ‘sozo‘: salvación, perdón, sanidad, restauración, reconciliación. Te siguen las señales del mover sobrenatural de Dios, pero esto es solo para los que creen.
Con esta sesión concluimos con el estudio del primer tratado (El Evangelio de Lucas), retomamos el próximo miércoles Hechos 1:6 en adelante.
Dios te bendiga