29Sep2015 8pm EST por Skype EstudiandoLasEscrituras, Hechos 3

• Da lo que tienes, Hch.3:1-6, 7-11
• Condiciones para Tiempo de refrigerios, Hch.3:12-24
• Hijos de profetas: bendiciones a la espera, Hch.3:25-26

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Hch.3:1-11 Como creyente siempre tienes algo que dar. El pasar tiempo diario en oración a Dios, te da la oportunidad de servir a alguien en algún momento. Tu sensibilidad espiritual aumenta, actúas en el nombre de Jesús guiado por el Espíritu Santo, haces cosas fuera de lo normal. Pedro le dio al cojo de nacimiento una palabra profética de sanidad y lo levantó sabiendo que el poder de Dios actuaria de inmediato. Su estado de “parálisis” cambió a “saltar”. Así puede suceder con lo que esté ‘paralitico’ en tu vida. Habrá un ‘de repente’.

Hch.3:12-24 Muchos quieren ser bendecidos en su vida pero no quieren cambiar. Al arrepentirte de lo que tú sabes, volviéndote a Dios de corazón, regresando a sus caminos, vendrán nuevos tiempos, en plural, tiempos de refrigerio, renovación de fuerzas, restauración. Sabes por qué? Porque eres perdonado, limpiado, tu carga te es quitada, y lo que interrumpía la bendición, es quitado.

Hch.3:25-26 Pedro dice que somos hijos de los profetas, que estamos incluidos en el pacto que Dios hizo con nuestros antepasados. Somos receptores de la bendición que Dios pactó. Nosotros no tenemos nada que pactar con él. El hombre no pacta con Dios, solo obedece o desobedece. Tenemos las bendiciones declaradas proféticamente para nosotros, en el pacto que Dios hizo con Abraham, Isaac y Jacob. Por su descendencia (en Jesús) nuestras familias son bendecidas, y la bendición viene al dejar nuestros malos caminos.