Marzo 2018 – Semana 11
Convocatoria a reunión – Llamada al sonido del Shofar
Martes 13 Marzo, 2018 8pm EST Estudiando el Salmo 4 Online vía Zoom y Facebook Live. Para ver la sesión en diferido:
https://www.facebook.com/lucho1jaimes/posts/10215267265094261
Adorando a Dios, “Yo quiero estar ante tu altar”
Aunque selecciones tres expresiones que puedan llamarte la atención al leer este Salmo, la segunda vez que lo leas encontraras otras adicionales. Realmente es imposible quedarse con unas pocas expresiones al escudriñar este Salmo. El Espíritu Santo trae revelación y David expresa de lo profundo de su corazón un clamor a Dios esperando respuesta por algo que le acosaba. ¿Cuántas veces nos hemos sentido acosados y sin fuerzas cuando atravesamos momentos de angustia?
#Respóndeme cuando clamo ¡oh Dios! Responde a mi clamor, escúchame, ¡No puedo más! Al atravesar momentos de angustia viene una fuerte opresión que no te deja ver claramente ni pensar de manera sensata. Sin embargo inmediatamente David recuerda que la mano de Dios le sustenta le cuida, le saca del aprieto y dice “cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar…” ¿Qué significa eso? Otra versión dice: “Dame alivio cuando este angustiado…”.
¿Cómo conseguimos alivio? Mira estos pasajes Sal.119 versículos 92, 107, 116, 1 Samuel 2.1, Is.60.5, Is.30.23, Is.54.2, Sal.25.17 y entenderás lo que significa la palabra de Dios y sus promesas para nuestra vida. Podemos confiadamente decir #AlíviameEnMiAngustia.
Estamos como atrapados cuando la aflicción nos alcanza, nos pone como en una prisión, estamos aprisionados, no tenemos ni vemos salida. Al estar “apretados” o aprisionados vienen los problemas, es difícil pensar con claridad, no tomamos decisiones correctas, nos equivocamos, no vemos salida, viene una profunda angustia, depresión y somos zarandeados, dejamos de mirar donde tenemos que mirar, al Señor.
David recuerda que el Señor es su defensor, sabe que Dios le contesta, que Dios es compasivo. David sabe que Dios tiene misericordia de él, que oye su oración. Al estar seguro de eso, Dios ensancha tu corazón, te saca del círculo de la opresión y comienzas a moverte en lo que no se ve. Al ensancharte es para que puedas escuchar, ver, oír sin estar aprisionado.
Por eso al final del Salmo David anuncia “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Aunque pases por angustia, Dios te guarda, te protege, te sostiene, te levanta. Recordamos las palabras de Dios cuando dice: “mío eres tú”, “yo te forme en el vientre de tu madre”, “nadie te arrebatara de mi mano”. El versículo 3 dice que Dios te ha escogido para él, te oirá cuando clames.
Si te pones bravo, contrólate, no peques, no metas la pata (Ef.4.26-27), cierra la boca, no hables demás, no te acuestes bravo, que no se ponga el sol sobre tu enojo. Medita en tu corazón estando en la cama. Ten tu tiempo delante de Dios y en la quietud del descanso nocturno #MeditaEnTuCorazón.
Luego en el versículo 6 David dice “Alza sobre nosotros, Oh Jehová, la luz de tu rostro”, ¿Sabes lo que eso significa? Pues mira Num.6.22-27 y entenderás porque Dios le habló a Moisés para que dijera a Aarón esas mismas palabras de bendición: “Jehová te bendiga y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti…”.
Saca la aflicción de tu vida, no dejes que te agobie, que te haga perder los estribos, el tiempo, que te confunda, que te robe la vida.
Ahora podemos entender porque David dice las palabras que menciona en el Salmo 4.8. Gracias Dios por tu palabra. Tomo sus promesas para mi vida, para mi familia, para mi casa.
Adorando a Dios, “Al que está sentado en el trono”
Dios te bendiga
— Guía de estudio de esta sesión https://wp.me/P3MpAX-1Hg