Adoración – Solo tú eres santo
Martes 19 Sep 2017 8pm EST Estudiando Las Escrituras On-Line vía Zoom, Ester 7.1-10
Para entender este capítulo 7 de Ester veamos varios pasajes. Sal.21.11-13 donde aunque intenten el mal contra ti y fragüen maquinaciones, no prevalecerán. Dios los pondrá en fuga, así que puedes decir “engrandécete Jehová en tu poder”. El profeta Jeremías (Jer.20.11) aunque se lamentaba delante de Dios anuncia una tremenda verdad: Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante, por lo tanto: los que me persiguen tropezarán y no prevalecerán, serán avergonzados en gran manera, tendrán perpetua confusión. Entonces es cuestión de tiempo, las tinieblas no prevalecen cuando traman maldad contra la gente de Dios. Teniendo esto en cuenta vamos al 2do banquete de la reina Ester con el rey Asuero y el malvado Amán (7.1), quien “se prepara para su ultima cena” cual reo antes de morir, su sentencia fue decretada de lo alto. Su caída inminente comienza a verse. Mientras bebían vino (7.2) el rey se acuerda de la promesa que le hizo a la reina Ester (5.3, 5.6) quien hallo gracia, “pídeme lo que quieras …”.
Ester tenía miedo a morir y su tío Mardoqueo le recuerda la revelación del Espíritu “Y quién sabe si para esta hora has llegado” (4.16) y espera el momento apropiado para presentar su petición. En (5.3) no le respondió al rey sino que invitó a un 2do banquete (5.8), no le respondió delante del malvado Amán (5.6).
¿Sabes qué? Las condiciones se dieron para el momento por el cual toda una nación ayunó, oró y se quebrantó delante de Dios.
Aunque Ester ya tenía la gracia le repite al rey, “Oh Rey, si he hallado gracia en tus ojos …” y hace su petición: ahora sí, concédeme la vida, mi petición es mi vida y la de mi pueblo, compadécete oh rey de mi pueblo. Un colombiano diría esto: ¿Cómo así? Otros dirían: ¿Cómo es eso, que está pasando? Ester revela lo que sucede (7.4), lo que le hicieron firmar al rey bajo engaño; hemos sido vendidos yo y mi pueblo para destrucción, muerte y exterminio. Si nos hubiesen vendido como esclavos me quedaría tranquila. Venta diabólica del mismo infierno, característica del diablo que vino a hurtar, matar y destruir (Jn.10.10). El plan del infierno estaba activo, la gente estaba asustada esperando que sucediera lo que fue firmado. Pero Dios oye el clamor de un pueblo humillado que le busca (2Cr.7.14). La reacción del Rey Asuero: ¿Quién hizo tal barbaridad? ¿Dónde está esa persona? ¿A quién se le ocurrió semejante cosa? ¿Quién se atrevió a lanzar un decreto de muerte para la reina Ester, mi esposa, y para su gente? (7.5).
Todo sale a la luz porque no hay nada oculto que no haya de ser revelado (Mt.10.26, Lc.12.2, Mr.4.22). Los planes de las tinieblas salen a la luz cuando la gente de Dios se humilla y busca el rostro del Señor. Tres días todos quebrantados, en ayuno, clamando a Dios. Las oraciones llegaron a Dios (Ap.5.8, 8.3-4), con incienso colocado por el ángel en las oraciones y suben como olor fragante a la presencia de Dios. Dios actúa ahora.
El rey Asuero se enciende en ira (7.5) y entonces viene el momento de la verdad.
Cuando Ester responde al rey: éste es el enemigo despiadado, el malvado Amán que está allí sentado (7.6). Lo escondido es descubierto, la verdad sale a la luz, y Dios no dará por inocente al culpable (Num.14.18, Nah.1.3). Le llegó la hora a Amán. El rey Asuero se enfurece y se levanta de la mesa, dejo de beber (7.7) y sale afuera al jardín.
Amán tuvo la oportunidad de arrepentirse cuando la esposa y sus amigos se lo dijeron, cuando la esposa declaró proféticamente su caída (6.13). El versículo 7.8 activa de una vez la muerte de Amán cuando éste intenta acercarse a la reina a pedirle perdón y justo en ese momento entra de nuevo el rey y lo encuentra encima del asiento de Ester. Hasta allí llegó Amán y cuando el rey le acusa de intento de violación a su esposa, los oficiales lo tomaron y le pusieron de una vez su capucha. Averiguaron lo que tenía preparado en su casa para ahorcar a Mardoqueo y allí mismo cayó, en su propia fosa (Sal.7.15-16, Pr.26.27), lo ahorcan y entonces se apacigua la ira del rey (7.10) luego de ejecutar la sentencia.
Lo mismo sucede a nivel espiritual. Dios es lento para la ira pero cuando su furor se enciende se ejecuta la sentencia dictaminada y luego del cumplimiento, se apacigua su ira.