Adoración: Santo es el Señor, J.C.Alvarado
25 Julio 2017 8pm EST EstudiandoLasEscrituras On-Line vía Zoom, Jonás 4.1-11
- #Actitud
- #Confrontación
- #Reconstrucción
Luego de desobedecer a Dios, Jonás se apesadumbró en extremo y se enojó. En gr. ‘charah’ encenderse en rabia. Cuando llegamos a esa situación, vamos de mal en peor, es una condición causada por tener falsas expectativas, puede ser peligroso (Gn.4.6), el que puede encenderse en ira es Dios por causa del pecado (Ex.32.11). Si nosotros no controlamos nuestra rabia, la ira nos puede llevar a la destrucción, nos ponemos mas iracundos, violentos (1S.17.28, Neh.4.1). Esto nos da a entender como es cuando Dios, Jehová de los ejércitos se molesta por nuestro pecado (Sal.18.8, Jer.11.16). Nosotros, tal como Jonás, hemos desobedecido a Dios y queremos que Dios haga las cosas a nuestra manera; de paso nos molestamos con Dios porque la gente se arrepiente de su pecado. La manera de Dios es diferente a la nuestra. (Is.55.9).
Con esa mala actitud Jonás ora a Dios (4.2) para reclamarle llevándolo a acciones drásticas (4.3), su depresión lleva a ese profeta a desear la muerte. Dios manifiesta su paciencia y cuidado por un hijo desobediente (4.4), lo llama a reflexión, le está dando la oportunidad para cambia. Jonás no escuchó la nueva oportunidad de Dios. Lo mismo sucede con nosotros y nuestras naciones, luego de una y otra oportunidad que Dios habla, la gente no escucha, no se arrepiente, no cambia, como muchos creyentes, tal como el profeta Jonás. Dios vio que Nínive se arrepintió (Jon.3.10), Jonás también lo vio (al rey, los inconversos, los animales, todo lo que respiraba ayunó y clamó a Dios). Jonás pudo tener una actitud diferente, levantar sus manos a Dios y decir: “Gloria a Dios, todos han escuchado tu llamado al arrepentimiento”. Pero Jonás con su actitud arrogante e insolente se sentó a ver todavía que pasaría en Nínive, esperaba ver la destrucción (3.5).
Dios intenta hacer que entrara en razón (3.6-3.8), prepara una mata que le da sombra para aliviarle del sol, se acobija allí sabiendo que la mata apareció de la nada, y espera la destrucción de la ciudad. Cuando amanece, Dios envía un gusano, si un gusano para que atacara a la mata y la destruya, luego al día siguiente envía un sol recio solano y Jonás se deprime de nuevo (3.8), pasa de nuevo por otra prueba, se quema en el sol, le da una insolación, se desmaya, deseaba la muerte.
Dios envía de la misma manera su gusano a las naciones para que destruya y luego encima de eso envía un recio sol. Cuando su mano de juicio pasa, es para limpiar, limpiar nuestro corazón, para que nos volvamos a Dios, no a la mata, no al partido político ni grupo que nos acobija o dice representarnos, sino al hacedor de nuestra vida. Allí es donde tenemos que poner nuestra esperanza, solo en Dios. ¿Cuantos gusanos tendrá que enviar Dios y cuanto sol recio y solano sobre nuestra cabeza? Volvamos a Dios ahora mismo, en arrepentimiento por nuestros pecados, por nuestra rebelión, por no tenerle en nuestra vida. Dios le da la oportunidad de recapacitar de su posición (3.9) y todavía dice “mucho me enojo, hasta la muerte”. Dios es grande en misericordia (3.11) y nos deja un profundo mensaje: prepárate para instruir al pueblo que se arrepintió, ensénales porque no saben discernir entre su mano derecha de su mano izquierda, es necesario discipularlos y prepararlos.
Luego del juicio de Dios sobre una nación, viene una oportunidad de reconstruir, de iniciar todo de nuevo. Este llamado es para la reconstrucción de una nación.
Antes de iniciar la reconstrucción vemos el mover de Dios, en Jer.1.10 Dios le da instrucciones al hombre, pero como en nuestras naciones, en Venezuela, no se ha cumplido, no se ha hecho lo que Dios dijo, entonces Dios mismo en su juicio comienza a hacerlo. Jer.31.28 “Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová”.
Dios cumple su palabra a través de juicio, terremotos, maremotos, volcanes, guerra civil, confrontación, hambruna, escasez, opresión. Todas estas cosas han sido reveladas por Dios a sus profetas para Venezuela, desde los años 80. Dios viene hablando desde hace más de 35 años pero la nación no ha escuchado, el pueblo no se ha arrepentido, el pecado de la nación aumentó, la iglesia se contaminó.
Luego de eso, el Señor mismo a través del remanente tendrá cuidado de la nación para edificar y plantar, dice Jehová. Nos preparamos para los tiempos duros y levantarnos en su nombre. Dios te bendiga.