Cuando entregas toda tu mente al Señor Jesús y te rindes a él, leyendo la Palabra de Dios, buscando de su presencia a diario, sucede algo tremendo en tu cabeza. Tus pensamientos comienzan a ser moldeados y tu vida cambia. Tu reacción ante las situaciones diarias es transformada poco a poco.
El Espíritu Santo toma la palabra que has guardado en tu mente y tu corazón y la trae a la memoria. Toda tu mente es transformada, por eso cambia tu manera de hablar, tu forma de comportarte, tu actitud, tu manera de ver las cosas. Ese proceso de renovación lleva toda una vida. Constamente somos acosados por las tinieblas y la única manera de mantenernos firmes es recordando las Escrituras. Si tu mente esta vacía, pues malas noticias, no sale nada bueno ni útil de allí.
Tu mente esta conectada a tu corazón, a tu boca y a tus pasos. Asegúrate de rendirte al Señor Jesús, para que vivamos una vida que agrade al Señor. Dios te bendiga en la medida en que lo haces.